¿Planificas tus finanzas por objetivos?
Cuando gestionas tus finanzas, ¿te has planteado cuál es tu propósito?
En realidad, planificamos en diferentes ámbitos de nuestra vida (familiar, laboral, salud, ocio, etc.) pero muy pocas familias se plantean objetivos concretos para gestionar sus ahorros e inversiones.
Definir nuestros objetivos, cuantificarlos desde un punto de vista monetario y también temporal (situarlos en nuestra línea de vida imaginaria) es vital para posteriormente establecer las estrategias y escoger el tipo de activo financiero que mejor se adapta a cada uno de ellos, desde una perspectiva financiera y fiscal, precisamente para conseguir de manera óptima esos objetivos y con el menor esfuerzo posible.
Me gustaría explicarte algunas razones por las que establecer objetivos concretos para la gestión del ahorro e inversiones es fundamental:
Claridad y Enfoque: Los objetivos te ayudan a definir con precisión qué quieres lograr. Esto te da claridad sobre a dónde quieres llegar con tu dinero.
Motivación y Compromiso: Tener metas específicas te motiva a ahorrar e invertir de manera más consistente. Cuando tienes un objetivo en mente, te comprometes más a trabajar para alcanzarlo.
Medición del Progreso: Los objetivos actúan como hitos para medir tu avance. Puedes monitorear tu progreso y ajustar tus estrategias si es necesario para acercarte más a tus metas.
Planificación Financiera: Establecer metas financieras te ayuda a planificar cómo administrar tu dinero. Te permite determinar cuánto debes ahorrar e invertir para alcanzar esos objetivos.
Además, en el largo plazo, establecer metas concretas en ahorro e inversiones tiene implicaciones importantes:
Crecimiento Financiero Sostenible: Te permite acumular capital a lo largo del tiempo. Al tener objetivos claros, puedes planificar y aprovechar estrategias de inversión que fomenten un crecimiento financiero más sostenible.
Reducción de la Incertidumbre: Al tener metas claras, reduces la incertidumbre sobre tu futuro financiero. Saber para qué estás ahorrando o invirtiendo te brinda mayor seguridad.
Preparación para Emergencias y Oportunidades: Establecer objetivos financieros te ayuda a prepararte para emergencias inesperadas y a estar listo para aprovechar oportunidades que puedan surgir.
Creación de Hábitos Financieros Saludables: Al trabajar hacia metas financieras concretas, desarrollas hábitos financieros más saludables, lo que te ayuda a mantener un equilibrio financiero a lo largo del tiempo.
Crear hábitos de ahorro (en la fase de creación del mismo) es muy importante y es el primer paso que debemos dar. Pero esos ahorros hay que ponerlos a trabajar. La inversión en los mercados financieros nos ayudará a conseguir esos objetivos en un tiempo menor, pues podemos capitalizar nuestros ahorros de manera que con el mínimo esfuerzo posible podamos obtener el mayor beneficio, fruto de las rentabilidades y del interés compuesto que nos brinde cada una de nuestras estrategias.
Invertir en los mercados financieros implica estar expuesto a la volatilidad intrínseca de los mismos, lo cual tiene implicaciones emocionales importantes (el dinero es muy miedoso), por ello no será lo mismo plantearse una inversión para “tener unos ahorros para lo que pueda necesitar en el futuro” que plantear objetivos concretos de ahorro como “mi colchón de seguridad”, “la compra de mi vivienda”, “los estudios de mi hija”, “mi jubilación”, “la sucesión con mis herederos”, etc. En momentos emocionalmente más complicados tendremos mayor consciencia de para qué estoy gestionando ese ahorro o inversión, y sobre todo minimizará el riesgo de abortar cualquier estrategia orientada a su consecución.
La falta de educación financiera es una de las causas por las cuales el ahorrador tiene un marcado perfil conservador y es tan reticente a invertir. Muchas gente piensa que es necesario acumular grandes cantidades de dinero para invertir o que hay que ser un experto para adivinar la dirección que tomarán los mercados financieros, pero no es así. Lo importante es concretar esos objetivos y definir un plan y ser fiel a él utilizando las estrategias más óptimas para cada unos de ellos (habitualmente establecer algunos automatismos para aportar el capital de forma progresiva a la inversión siempre optimiza los precios de compra y por tanto minimiza el riesgo).
De hecho, la mayoría de las familias no se plantean ni siquiera tener como objetivo obtener rentabilidad por su dinero, con las graves consecuencias que ello tiene debido a la pérdida de poder adquisitivo en el largo plazo por el efecto de la inflación y del incremento de los impuestos.
En definitiva, establecer objetivos concretos en la gestión del ahorro e inversiones te brinda dirección, motivación, control y un marco para tomar decisiones financieras más informadas. A largo plazo, te ayuda a alcanzar tus metas financieras y a construir una base sólida para tu bienestar económico, lo cual te va a permitir tomar decisiones en cualquier ámbito con mayor seguridad y libertad.
Así pues, te animo a definir tus objetivos financieros y a establecer una óptima planificación financiera. Cuanto antes comiences, menor será el esfuerzo para conseguir tus metas financieras, pues una buena diversificación en el tiempo y el poder del interés compuesto son los mejores aliados para llegar a ellas.