Claramente la composición del patrimonio de las familias en España denota que la gestión llevada a cabo no es buena y que el coste de oportunidad para hacer crecer el patrimonio es altísimo.
Principalmente la falta de educación financiera, la búsqueda de rentabilidades en plazos más cortos que los que corresponden a los activos en los que se ha invertido, la volatilidad que ofrecen los mercados financieros en periodos a veces no tan cortos, ha frustrado a muchos inversores por los resultados obtenidos. De ahí que el perfil conservador sea el que predomine en las familias españolas en términos generales y que la pérdida de poder adquisitivo sea una constante.
También un histórico modelo bancario orientado a la comercialización de productos financieros, anteponiendo el interés de las entidades financieras por delante de los del cliente, ha provocado una gran desconfianza en el asesoramiento financiero.
Una correcta planificación financiera, la búsqueda de estrategias que te conduzcan a cada una de tus metas, diversificar tus ahorros en diferentes activos y una visión de largo plazo son ingredientes básicos para el éxito en la gestión de las finanzas personales y familiares.
Si pretendes que tu patrimonio neto crezca en el tiempo y quieres disponer de los recursos que necesitarás en el futuro, déjate orientar por un asesor que analice tu situación con una perspectiva global, y que te ofrezca ante todo confianza, así como te dejas orientar por tu médico, abogado, gestor, entrenador personal, etc.
La verdad es que una óptima gestión de las finanzas contribuye a una mayor libertad futura para la toma de decisiones en diferentes ámbitos de la vida y, en términos generales, a construir un país mucho más rico y próspero.
Así que recuerda, pon las luces de largo alcance porque, a pesar de todo el ruido, este mundo no para de progresar.